Sincerate...
nunca serás mi amada
nunca podré cobijarte en mis brazos.
Compórtate...
como una verdadera mujer
y decime si el galán de turno
te está acechando con su porsche.
¿Y si no necesitarás mis abrazos?
¿Y si no sos una suntuosa mujer?
¿Y si solo necesitás un campeón?
....
Y si es así, yo nunca seré tu escritor.
Martín Blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario