Por nacer en la opulencia
de la Tierra del Edén,
por amar a todo ser
porque amor no les faltaba,
de una tierra que adoraban
fueron presos y rehenes.
Bajo avaros de piel blanca
que eran reyes de la mar,
que pecaban sin pecar
promulgando la justicia,
con un dejo de codicia
por la espalda los mataron.
Viles crueles invasores
los llamados asesinos
que le abrieron el camino
a la histórica contienda,
de la cual luego provenga
que somos americanos.
El perdón a los nativos,
a los Dueños de la Tierra,
les debemos porque encierra
nuestra historia la traición,
de ocultar que la invasión
fue en el día de la raza.
Matías Costantini Reschia.
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