por los muertos de tu codicia.
Y te abriste camino al poder
por tu propia avaricia.
¿Hay envidia sana?
Imposible de creer,
imposible de ver.
Hojas seducidas por el viento
que cubren los difuntos en sus patios.
Me carcome el no saber
como es tu propio limite.
Y me asusta como defendes
y te obstinas con tu idiotez.
¿Hay resentimiento sano?
¿Hay codicia sana?
No lo se…
Pero si sé,
que el pueblo se muere…
Patricio Fierro.
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