(…)

El horizonte es un lejano pesar

que atraviesa el mirar

de los hombres que saben amar…


El azul del estrepitoso mar

parpadea, encandila sin parar

a la soledad que no sabe abrazar.

Las olas, ruidosas, arrastran

los recuerdos impronunciables

y los recuerdos idolatrados.


La arena, quisquillosa, impulsa

su color oro hacia mi pasado

como una mariposa escurridiza.

Horizonte. Azul. Olas. Arena…

Y un mar de presencias.



Patricio Fierro.


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